Título: El Valle de los Esqueletos Gigantes
Autor: Gerónimo Stilton
Editorial: Destino
Era medianoche y Gerónimo
estaba pensando una historia para su periódico. Decidió escribir una historia
de fantasmas. De repente apareció Trampita, primo de Gerónimo con un trozo de
papel, era un mapa que encontró debajo de la cama dentro de un cofre que
perteneció a un antepasado de la familia Stilton, llamado Colorado Stilton.
Fueron a casa de Trampita para
inspeccionar el cofre donde Trampita encontró el mapa. La casa es un antiguo
vagón de tren que perteneció a Colorado Stilton, donde corría sus grandes
aventuras.
Trampita decidió ir al Valle
de los Esqueletos Gigantes, situado en un desierto de Mongolia, con su familia:
Gerónimo, Tea y Benjamín. Fueron primeramente en avión, después en aeroplano, a
continuación en autobús y finalmente en camello. Una vez allí, conocieron a la
directora del Museo de Historia Natural.
Al día siguiente, la directora
desapareció misteriosamente. La familia Stilton fue con el guía al Valle de los
Esqueletos en su todoterreno nuevo. Un día después, también desapareció el
guía, el mapa y el todoterreno y los demás tuvieron que ir caminando y se formó
una tormenta de arena. Se encontraron con dos niños de la edad de Benjamín y
les llevaron a su casa donde les dieron de comer y beber. A la mañana siguiente
continuaron el viaje en camello. Cuando llegaron al Valle, encontraron un
montón de huesos gigantes que Gerónimo y su familia metieron en un cajón
gigante y lo cerraron con candado y fueron a buscar ayuda para poder
transportarlos, mientras Gerónimo se quedó vigilándolos. Pasaron días y días y
de repente apareció la directora del Museo de Historia Natural. En ese momento
suena el teléfono de Gerónimo, era su amiga la exploradora y le comunica que la
directora del Museo estaba en su despacho. Entonces Gerónimo se dio cuenta de
que la persona que estaba con él, no era la verdadera directora, sino su
enemiga nº 1 llamada Sombra y que lo que quería era quedarse con los huesos
gigantes para venderlos y hacerse rica. De repente Gerónimo fue golpeado por
detrás y atado. En ese momento apareció su familia y el poblado entero.
Hablaron con Sombra y la dijeron que los huesos eran para los científicos para
que los investigaran.
Cuando llegaron a Ratonia, los
huesos fueron llevados Al Museo de Historia Natural y conocieron a la verdadera
directora de dicho Museo. Y un mes después inauguraron la exposición de los
huesos.
Mario Ribagorda González
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